Para llegar a este paraíso natural hay que hacer 126 kilómetros desde Purmamarca por la ruta nacional Nº52, transitando por el "Paso de Jama" que conduce a Chile, y pasando por la "Cuesta de Lipán", un serpenteante y vistosísimo camino que asciende hasta los 4150 msnm.
Los días de sol son los más interesantes para observar el lugar, ya que el reflejo de la luz solar en el agua nos ofrece una vista única. Pero también los días soleados son los que más castigan a nuestra vista por esta misma razón. Al retirarnos del lugar se siente la sal impregnada en la piel, e incluso los artesanos que comercializan sus productos en este sitio, tienen sus caras blancas, repletas de sal. La mejor manera de proteger el cuerpo del sol y de la sal es cubriéndolo bien con lentes, gorras, pañuelos y ropa larga.
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